FIBI, LA VALIENTE PODENCA RESCATADA GRACIAS AL AMOR DE SUS VECINOS Y A PESAR DE LA FALTA DE RESPUESTA DEL AYUNTAMIENTO DE LA POBLA DE CÉRVOLES Hace unas semanas, recibimos una llamada urgente que nos dejó con el corazón en un puño. En La Pobla de Cérvoles, una pequeña peluda, a la que hemos llamado Fibi, llevaba semanas vagando sola por las calles, perdida y asustada. Fibi, una podenca dulce y vulnerable, se enfrentaba día tras día a los peligros de la calle, contando únicamente con la compasión de unos vecinos de buen corazón que le ofrecían un poco de alivio. Estos vecinos, preocupados por el bienestar de Fibi, hicieron lo que cualquier persona de bien haría: informaron al Ayuntamiento de La Pobla de Cérvoles de la situación. Una vecina incluso presentó una instancia formal, confiando en que las autoridades actuarían rápidamente para proteger a esta inocente. Sin embargo, el tiempo pasó, y tristemente, vimos cómo Fibi seguía en la calle, sin que se tomara ninguna medida para garantizar su seguridad. Era como si su vida no importara, como si fuera invisible para quienes tienen la responsabilidad de proteger a los más vulnerables. Ante la falta de respuesta del Ayuntamiento, supimos que no podíamos quedarnos de brazos cruzados. Fibi no podía esperar más, y no podíamos permitir que su historia terminara en tragedia. Contactamos con nuestro compañero Rafa Ardevol de Tarragona, un verdadero ángel para los animales, que se desplazó al pueblo ayer a primera hora, decidido a poner fin al sufrimiento de esta pequeña. Gracias a la compasión, experiencia y compromiso de Rafa, en solo dos horas, Fibi estaba a salvo. Pero la historia de Fibi no termina aquí. Después de ser rescatada, la llevamos a nuestro veterinario de confianza, donde se confirmó lo que temíamos: Fibi no tenía microchip, nadie había reclamado su existencia hasta que nosotros lo hicimos. Le desparasitaron, le vacunaron y le hicieron los análisis necesarios para conocer su estado de salud. Fibi, que apenas tiene un año de vida, ahora está a salvo en nuestro refugio, donde le brindaremos todo el amor y cuidado que siempre mereció y que esté dentro de nuestras posibilidades hasta que podamos encontrar una familia donde pueda ser feliz el resto de su vida. Fibi es tímida y desconfiada, pero sabemos que, con el tiempo, aprenderá a confiar en las personas que realmente la quieren. No podemos evitar pensar en lo que podría haber sido de ella si no hubiera sido por el esfuerzo y la determinación de los vecinos que se negaron a dejarla sola. Queremos expresar nuestra infinita gratitud a Rafa Ardevol, y a nuestros compañeros Martín y Ariadna, los dos vecinos que, con su cariño y constancia, hicieron posible este rescate. Sin ellos, Fibi no estaría hoy junto a nosotros y a salvo. Desde nuestra asociación, hemos presentado una instancia al Ayuntamiento de La Pobla de Cérvoles, señalando la falta de acción ante una situación tan urgente. De acuerdo con la Ley 7/2023, de protección de los derechos y el bienestar de los animales, en su artículo 27, las administraciones locales están obligadas a garantizar la recogida y atención de los animales en situaciones de abandono o peligro. Es preocupante que en situaciones como esta, se perciba que la responsabilidad de garantizar el bienestar de los animales recae en los ciudadanos en lugar de en las autoridades competentes. La falta de actuación por parte del Ayuntamiento podría interpretarse como un incumplimiento de esta obligación legal, lo que pone en riesgo la seguridad y bienestar de animales vulnerables como Fibi. Estamos tratando este asunto de la manera más suave posible, porque, a pesar de decir la verdad, no entendemos cómo es posible que se haya ignorado una llamada de auxilio tan evidente cuando la vida de un ser vivo estaba en peligro. Es fundamental que todos, especialmente las autoridades, asuman la responsabilidad de proteger a los más indefensos. Esperamos que, en situaciones futuras, el Ayuntamiento de La Pobla de Cérvoles sea más proactivo en cumplir con su responsabilidad de proteger a los más vulnerables, colaborando estrechamente con organizaciones y vecinos comprometidos con el bienestar animal. Este caso también es un testimonio de una resolución efectiva cuando se lucha por una causa justa. Juntos, hemos demostrado que cada vida importa y que, cuando nos movilizamos, podemos superar cualquier obstáculo. La historia de Fibi es un recordatorio de que no podemos dar la espalda a quienes nos necesitan. Gracias a la solidaridad y al amor de personas como Rafa, Martín, Ariadna, y todos aquellos que se preocupan por el bienestar de los animales, podemos seguir salvando vidas. Fibi ya está a salvo, pero no descansaremos hasta que todas las Fibis del mundo tengan la oportunidad de ser felices y sean respetadas. Gracias de 💚 por salvar la vida de Fibi.