3 AÑOS ESPERANDO ESA SEGUNDA OPORTUNIDAD... Y NO LLEGA CUANDO EL HILO PARA COSER LAS HERIDAS DEL CORAZÓN SE ENREDA PERO TE RODEAN MILES DE RAZONES QUE TE OBLIGAN A DESENREDARLO. Querido amigo Ginno, de nuevo compartiendo otra puesta de sol que nos ilumina con su resplandor, sentada a tu vera, acariciando magnetizada tu brillante pelo claro marrón. Me miras con atención, yo bajo la mirada tratando de disimular que no estoy mal, pero tu aplicado sexto sentido es capaz de descubrir y saber que escondemos los humanos en el alma a pesar de creer tenerla cerrada a canto y cal. Puedo apreciar que de poco sirve ante ti esconder la realidad. ¿Qué te ocurre mamá? Me preguntas con tu mirar. Hace muchos días que te veo extraña como si estuvieras viviendo en el fondo y sin apenas aire para respirar. Nada pequeño, no ocurre nada que te deba a ti preocupar. Tan solo ocurre que no conozco todavía maestro capaz qué de tanto desenredar el hilo para coser las heridas del corazón no se llegue a cansar. Puedo entenderte mamá, pues pronto se cumpliran tres años de mi llegada a este hogar, el tiempo no ha cambiado nada, siguen llegando día a día compañeros que como yo, han sentido en sus carnes el abandono y el maltrato animal. Por cierto mamá, me gustaria saber en quién pensabas ayer, pues te escuché una y otra vez susurrar, debo esforzarme, debo abrirlo, debo volver, debo repararlo, debo hacer espacio, debo volver a escribir, a transmitir... Ay Ginno! Ha habido dia desde que llegaste aquí que me olvidara de decirte lo bonito, mimos, encantador y fisgon qué eres!? Ha habido día que no te prometiera encontrarte la familia que tanto mereces? De mi corazón Ginno, de mi alma Ginno. Pues cuando tantas emociones soportas se bloquea el alma, se acuesta rendida en la sombra, se queda sin voz, se calla, se destruye por dentro y ocupa mucho espacio. Y, qué ocurre entonces mamá? Ay Ginno! Ya está bien de tanto preguntar! Aquí estamos para hablar de tí, no de mí. Esta noche debo transmitir a nuestros seguidores cómo eres, cómo te sientes, debo de nuevo escribir, debo encontrar a través de una pantalla la mejor familia para ti. Y, ahora dime Ginno, ¿Cómo te sientes tú pequeño? Pues parece que ahora me toca sincerarme a mí, es mi momento, voy a ello. Llevo ya muchos días suplicando no perderme en este mundo que no entiendo. Llevo mucho tiempo soportando que giren la mirada al verme cuando me pongo en pie en la puerta de mi patio recibiendo las visitas y saludando bien contento. Escucho como las cuidadoraa ponéis todo vuestro esfuerzo en explicarles cómo llegué aquí, cómo soy, cómo me comporto, qué necesito y cuánto tiempo hace que espero. Pero de nuevo resuenan como un eco las palabras que tanto se repiten y tanto detesto. Este perro es demasiado grande para tenerlo dentro.(Uy sí!) Este perro ya está viejo.(4 años sólo que tengo!) Y, bajo mi cabeza y me marcho desilusionado de nuevo a mi caseta. No lo entiendo. Cuánto me duele pequeño! Pero, no te desanimes, confia en mi Ginno, pues creo tener la solución para poder desenredar el hilo y poder empezar cada nuevo día de 0 hasta que llegue tu gran momento. Y, cual es la solución para ello? Pues muy sencillo Ginno, sólo hace falta que miremos a nuestro alrededor. Te das dado cuenta de las miles de razones que nos obligan a desenredar el hilo para coser las heridas de nuestro corazón?