Filtros
Zoo Med
Exo Terra
Las lámparas son la fuente de calefacción más importante de un terrario, a las que en ocasiones se suman otras complementarias (mantas térmicas, rocas y cables calefactores…). El calor por radiación es el más necesario para los reptiles.
Los reptiles son animales ectotérmicos, eso quiere decir que regulan su temperatura corporal a partir de la ambiental. Por eso, en la cría en cautividad es tan importante conseguir el calor adecuado en el interior de terrarios y tortugueras, lo que favorecerá que nuestras mascotas desarrollen sus funciones fisiológicas correctamente (digestión, metabolismo, reproducción...).
Entre los distintos tipos, tamaños y potencias de lámparas calefactoras, uno de los más innovadores son las de cerámica, que emiten una onda infrarroja natural, imitando la acción del sol.
El calor infrarrojo penetra en las escamas y los tejidos de la piel, consiguiendo dilatar las venas y las arterias e incrementando el flujo sanguíneo. Estas bombillas no desprenden luz (pueden usarse por la noche), por lo que no interfieren en los periodos diurnos normales de los animales.
Otro modelo de lámpara calefactora son las bombillas incandescentes, de amplio espectro y que también aumentan la temperatura del aire, como en el caso anterior. La luz concentrada permite enfocar el calor y la luz en una dirección para así calentar una zona concreta del terrario. La luz ultravioleta “A” estimula el comportamiento reproductivo de los reptiles y contribuye, en general, a un mejor bienestar.
Las de vapor de mercurio también conjugan calefacción e iluminación. Estas emiten una radiación UVA, UVB, luz visible y calor y se adaptan a cualquier portalámparas cerámico.