Si bien los jerbos son animalitos sociales y pueden vivir bien en grupos, no puedes simplemente poner un nuevo integrante en la jaula y esperar que no haya conflictos. Cada individuo tiene su territorio delimitado y lucha para mantenerlo, entonces hace falta un período de adaptación para lograr que acepte a un nuevo compañero en su jaula.
Hay casos en que las presentaciones son más fáciles y rápidas. Cuando ambos jerbos son menores de 2 meses tienen tanta curiosidad y ganas de jugar que no se preocupan mucho por el territorio. Aceptan a su nuevo compañero sin más y se hacen “amigos”. También suele ser bien aceptada una hembra pequeña que es presentada a un macho más grande.
Fuera de estas situaciones es necesario tener ciertos recaudos antes de juntar a los nuevos compañeros de jaula. Es muy importante observar de cerca los primeros encuentros para poder separarlos ante los primeros signos de agresividad u hostilidad.
Hay distintos métodos que se utilizan para hacer las presentaciones:
-separador dentro de la jaula: si la jaula es bastante grande se coloca un separador en el medio de modo que cada uno tenga su espacio propio pero a la vez se encuentren en un contacto bastante estrecho.
El separador puede ser del mismo material de la jaula o puedes también construirlo tú mismo con una malla metálica que sujetarás muy bien a los barrotes de la jaula. Si tienes un tanque de cristal puedes colocar la malla de alambre en diagonal para que se sostenga en los ángulos.
-una jaula dentro de otra: otra manera de lograr el mismo resultado es poner una jaula pequeña dentro de otra más grande. Este método tiene la ventaja de que resulta anti-escape, pero fíjate que la separación entre barrotes no debe permitir que los animalitos se muerdan.
-usar dos jaulas contiguas: cada jerbo está en su jaula (no funciona para tanques de cristal). Las paredes de reja tienen que estar bien juntas para que los animalitos tengan contacto pero no puedan lastimarse.
Antes de comenzar es importante lavar bien la o las jaulas y usar algún neutralizante de olores para eliminar cualquier rastro que pueda intimidar al jerbo nuevo. Pon suficiente viruta, agua y comida y algún sitio donde ocultarse, pero retira los juguetes, ruedas y cualquier elemento que sirva como distracción. Así la adaptación es más rápida.
Al principio se mostrarán agresivos, pero con el correr de los días aprenderán a tolerarse y ya no les molestará la presencia del otro. Es importante intercambiar los jerbos cada uno al espacio del otro varias veces para que se acostumbren al olor de su futuro compañero. Cuando veas que descansan juntos, uno a cada lado de la pared que los separa, ha llegado el momento de juntarlos. Esto puede llevar un par de días o varios más, según la personalidad de los jerbos, pero si tienes paciencia lograrás que se acostumbren.
Recuerda siempre supervisar los primeros encuentros. Es normal que al principio se muestren ansiosos y se huelan uno al otro, pero si ves señales de agresividad es mejor separarlos y volver a intentar otro día. Usa un guante grueso para no recibir una mordida. Si ves que se lamen y se limpian mutuamente sin que ninguno se muestre asustado, entonces lo más probable es que se lleven bien. Deberás observarlos por un par de horas antes de decidir si el encuentro ha sido exitoso.
Hay unos pocos casos en que nunca consiguen convivir, pero si tienes mucha paciencia lo más probable es que consigas que tus jerbos convivan en paz.
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