Los gatos son bastantes sensibles al frío y mucho más que los perros. De hecho, casi siempre van buscando un sitio para calentarse y quedarse allí un buen rato. Los gatos se adaptan de forma natural a los cambios de estación regulando su pelaje y a través de la muda. Siendo su pelambrera más espesa en invierno para soportar la bajada de las temperaturas. Aún así, en general, los gatos no son muy tolerantes al frio, salvo aquellas razas que por su origen y genética pueden soportarlo algo más.
Veamos qué podemos hacer nosotros para ayudarles a mantenerse sanos, calientes y evitar que se resfríen. ¡Sí! Se pueden resfriar. ¿No lo sabías? ¡Sigue leyendo!
Los gatos se resfrían
Los gatos también se pueden resfriar. Siendo los síntomas muy parecidos o los mismos que los humanos. Estornudos, mocos, tos, lagrimeo, pérdida del apetito, fiebre… Por lo que si notas o percibes que tu gato está enfermo, no dudes en acudir a tu veterinario. Los cambios bruscos de temperatura puede dar a refriados.
¿Cómo afecta el frío a los gatos?
Los gatos pueden sentir frío de la misma manera que nosotros. Su pelaje no siempre es suficiente para mantenerlo calentito en invierno. Además, tienen la piel y las patas muy sensibles, por lo que, si no tomamos las medidas adecuadas, pueden experimentar las consecuencias de las bajas temperaturas, llegando incluso a sufrir de hipotermia o resfriados.
Además, las corrientes de aire frío y las bajas temperaturas pueden ser especialmente perjudiciales para los gatos más jóvenes y los de edad avanzada, así como aquellos con enfermedades crónicas previas, que son los más vulnerables al frío. Los cachorros aún no han desarrollado por completo su capacidad para controlar la temperatura corporal, mientras que los gatos mayores suelen tener un sistema inmunológico más debilitado. Con lo cual, es todavía más importante protegerlos.
Esto puede resultar muy negativo para su salud y bienestar, provocando consecuencias graves en algunos casos:
- Hipotermia: los gatos pueden sufrir problemas de hipotermia si se exponen a temperaturas muy bajas durante períodos prolongados.
- Dolor y quemaduras en las patas: como decíamos antes, las patas de los gatos son especialmente delicadas y pueden sufrir daños al caminar por superficies muy frías o heladas. Esto puede causar dolor e incluso quemaduras en las almohadillas de las patas.
- Resfriados y enfermedades respiratorias: los gatos también pueden contraer resfriados y enfermedades respiratorias debido al frío. Siendo las corrientes de aire frío la principal causa de ello.
- Afecciones en la piel: el frío puede hacer que la piel de los gatos se reseque, provocando picazón, descamación y molestias. Además, las bajas temperaturas pueden agravar las afecciones de la piel ya existentes.
- Menor actividad física: durante la temporada de invierno, los gatos pueden mostrarse menos activos, lo que puede hacer que aumenten de peso y que pierdan masa muscular, lo que puede resultar perjudicial para su estado de salud.
- Cambios de comportamiento: si un gato siente frío, puede volverse más retraído y pasar más tiempo en su cama para mantenerse calentito, llegando a influir negativamente en su bienestar emocional.
Cómo cuidar a tu gato en invierno
Cómo hemos dicho al principio del post a los gatos les encanta estar calentitos. Por lo que en casa no es de extrañar que estén cerca de la chimenea, radiadores o estufas. Ten cuidado de que no se quemen, y asegúrate de estar a una distancia segura.
Una gran idea, es regalarles camas calefactoras para que estén bien calentitos sin peligro. Tenemos un post hablando de ello concretamente “Descubre las camas calefactoras para gatos frioleros“.
Y para más consejos, no te pierdas nuestro artículo con los cuidados e imprescindibles para proteger a tu gato del frío.
Sobre los gatos en semilibertad y el frío
Si tienes jardín, será casi inevitable que tu gato salga a dar un paseo, y a veces, incluso pase bastante tiempo fuera. (Recuerda, debes castrarlo para evitar que se pierda en busca de pareja y tener camadas indeseadas). Si tu gato goza de una vida en semilibertad, deberás ofrecerle una dieta adecuada a su estilo de vida con un pienso para gatos de calidad.
Sobre todo, para soportar el estrés de las bajas temperaturas, y tener un sistema inmunológico fuerte.
Y no te olvides de que en casa, le ofrezcas un lugar bien acogedor como son las camas diseñadas para estar encima de los radiadores.
¿Cuáles son los gatos más sensibles al frío?
Evidentemente, aquellos gatos que tienen poco pelo, tendrá más dificultad para adaptarse y protegerse a las bajadas de temperatura del otoño-invierno. Incluso alguna raza, como el gato egipcio, necesitará abrigo.
No existe un consenso sobre cuál es la temperatura exacta, donde el gato empieza a sentir frio, pero se cree que a partir de los 29ºC el metabolismo del gato trabaja y gasta energía para mantener su temperatura óptima.
Finalmente, si ves a tu gato temblar, poco activo, o buscando el sitio más cálido de la casa entre cojines y mantas, es que está “helado”. Así que no lo dudes, ¡y dale calor!
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