Consejos principales para trabajar la llamada en el perro
- Enseñar al perro a girarse y mirarte cuando se diga su nombre, es el inicio de la llamada.
- Siempre usar la misma orden o comando.
- Enséñale primero en un entorno con pocos estímulos para incorporarlos poco a poco más adelante.
- Nunca llamar al perro si sabemos que no va a venir, no debe aprender a ignorar la orden.
- El dueño debe ser su mayor motivación y trabajar el vínculo entre los dos.
A continuación te indicamos varios ejercicios para trabajar la llamada o reforzarla, que serán de utilidad:
Ejercicio de llamada con repetición
Cuando estés paseando con el perro con la correa y se te adelanta un poco, llámalo con voz alegre diciendo su nombre y cuando se gire dile VEN AQUÍ mientras andas hacia atrás. Cuando llegue recompénsale con caricias, halagos y con juego. Repítelo muchas veces durante el paseo.
Una vez que el perro realiza el ejercicio de una forma fiable con la correa, cámbiala por una cuerda de 5 metros. A medida que el perro progrese en la llamada, incorpora una cuerda de 10 metros y añade distracciones, como botar una pelota o un perro con la correa cerca.
También se puede ir a un espacio abierto y dejar al perro suelto con una cuerda larga. Le llamas y si acude, ¡perfecto! Le recompensas con elogios y puedes incorporar un reforzador añadido, como cualquier juguete o pelota, y jugar con él. Si no acude, pisa la correa, cógela y vuelve a repetir la llamada mientras andas hacia atrás a la vez que le confirmas alegremente con MUY BIEN cuando esté corriendo hacia ti.
Ejercicio de llamada con motivación
En este ejercicio se trata de aumentar la motivación del perro. Una persona sujeta al perro de la correa mientras el dueño se aleja unos cuantos metros (10 o 15 metros) y le llama. La otra persona sigue sujetando al perro de la correa mientras éste intenta salir corriendo y lo suelta pocos segundos después cuando el perro esté suficientemente motivado.
Ejercicio de llamada oculto
Esconderse en una habitación de la casa o, en un espacio abierto, detrás de un árbol por ejemplo y llamarle. Recompensándole efusivamente cuando acuda y te encuentre. Además, con este ejercicio, harás que vaya más pendiente de ti cuando vaya suelto.
La clave está en la constancia y la repetición: practicar la llamada regularmente durante el paseo. Y sin olvidarnos que la construcción de un vínculo fuerte es fundamental.
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