De carácter juguetón y muy sociable con los humanos, los miembros de esta raza se caracterizan además por ser cazadores incansables y excelentes trepadores. Pero las curiosidades del gato del bosque de Noruega van mucho más allá. Sigue leyendo y conocerás todos los detalles de esta especie enigmática.
Y no, no estamos exagerando en absoluto con el apelativo “enigmático”. De hecho, estos felinos han estado ligados desde la antigüedad a la mitología nórdica, siempre bien rodeados de dioses.
Origen mitológico del gato del bosque de Noruega
Se dice que esta raza era una inseparable compañera de los vikingos en sus viajes. Su misión: combatir la presencia de ratas en los barcos. Por esta razón, no temen en absoluto al agua, y de hecho, actualmente son excelentes pescadores.
Pero su historia es mucho más increíble y está cargada de magia: los orígenes de los gatos del bosque de Noruega están unidos al misticismo y mitología nórdica. Cuenta la leyenda que el carruaje que con el Freya (diosa de la belleza) cruzaba el cielo estaba tirado por dos gatos de esta raza. Thor, dios vikingo de la guerra, intentó secuestrarla, pero la fiereza de sus acompañantes lo impidieron.
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Cómo es el gato del bosque de Noruega
El parecido físico de esta raza con los gatos maine coon ha originado la creencia de que están emparentados. Muchas teorías apuntan que los maine coon llegaron a Norteamérica por los vikingos a partir de gatos del bosque de Noruega. Sin embargo, no está del todo demostrado y muchos aseguran que evolucionaron por separado.
Por otro lado, estos mininos pertenecen a la raza de gatos grandes, por lo que su crecimiento no para hasta los 3-4 años de edad. Después, los machos pueden llegar a pesar 7-8 Kg. y las hembras hasta 5 Kg.
Otras características que les definen son: ojos grandes y muy abiertos, cola larga y tupida y unas orejas altas. Este último rasgo hace que se parezcan a los linces, y de hecho, a los mechones de sus orejas se les llama “pinceles de lince”.
Cómo cuidar al gato del bosque de Noruega
Lo que sí es cierto es que tienen aspectos similares, físicamente hablando. Los gatos noruegos coinciden con sus compañeros en un pelaje semilargo, compuesto por dos capas (una de pelo más largo y otra mucho más espesa) que mudan para adaptarse a cada estación: su pelaje durante el invierno es muy denso, mientras que en los meses más calurosos pierde parte de su manto inferior.
Para evitar enredos, es recomendable que le cepilles al menos una vez a la semana. Si no sabes cómo hacerlo, toma nota de estos consejos para cepillar a tu gato
El doble carácter del gato de los bosques noruegos
Esta raza es fuerte, muy acostumbrada a las bajas temperaturas y una experta cazadora. Pero que este rasgo de su personalidad no te engañe: también se les conoce como ‘dulces gigantes’, una expresión que te ayudará a comprender que son animales muy dóciles y tranquilos.
Y es que, aunque su apariencia da una imagen de gatos salvajes, son sociables y juguetones. Eso, sí, no olvides que su instinto cazador debe ser reforzado con juegos de inteligencia e interactivos para gatos, ya que son curiosos y les encanta que les estimulen mentalmente. Además, será conveniente que tengan acceso a un jardín o a un espacio al aire libre protegido para que pueda saltar, cazar y correr libremente. Así que, si buscas un gato cariñoso y dócil, esta raza es idónea. Es muy sociable tanto con las personas como con otras mascotas. Y si además quieres un compañero juguetón e inquieto, te aseguramos que con este felino casero nunca te aburrirás.