Si dudas sobre ofrecer chocolate a tu perro ten en cuenta que es un alimento que contiene teobromina, un alcaloide de sabor amargo procedente del árbol de cacao, que los perros metabolizan de una forma más lenta que los humanos, acumulándose en sus órganos y convirtiéndose en tóxica. De modo que el chocolate es malo para los perros.
Pese a ello, es una de las intoxicaciones más comunes que se encuentran en las clínicas veterinarias, especialmente en fechas señaladas como cumpleaños y navidades.
Tras la ingesta de chocolate, el perro experimenta el incremento de calcio en el interior de las células cardíacas, responsable de posibles arritmias. Entonces, si un perro come chocolate, ¿qué pasa?. Entre otros síntomas que puede causar el chocolate en perros se encuentran vómitos, diarrea, el aumento de la micción, hipertermia e hipertensión, que aparecen entre las 4 y las 12 horas posteriores a la ingesta de chocolate. Igualmente, el veterinario puede detectar taquicardias durante la exploración del animal.
De cualquier manera, hay que tener en cuenta que una dosis de chocolate es letal en perros si ronda entre los 250 y los 300 miligramos por kilogramo del peso del perro, siendo ya una cantidad de 80 miligramos de chocolate suficiente para causar una intoxicación severa. Hasta 20 miligramos de este alimento puede causar el aumento de la ingesta de agua, de las ganas de orinar y diarrea. Por todo ello, e independientemente de la cantidad, el chocolate resulta tóxico para los perros.
Por todo ello, en caso de sospechar que el perro ha ingerido chocolate hay que acudir inmediatamente al veterinario, donde posiblemente realicen un lavado gástrico al animal, además de controlar su respiración, puesto que el chocolate en perros resulta perjudicial para la salud del animal.
También es importante valorar el tipo de chocolate que ha ingerido. Si bien el chocolate blanco es el que menos cantidad de teobromina contiene, el chocolate con leche y el chocolate negro suponen un mayor riesgo para la salud de animal.
Teobromina en perros
La teobromina es un componente vegetal que se genera durante la fotosíntesis del árbol de cacao. Si bien su metabolización es fácil en humanos, en el caso de los perros es lenta, tendiendo a acumularse en su sistema hasta llegar a niveles de alta toxicidad.
El efecto nocivo del chocolate en perros puede variar en función del tamaño del animal y la cantidad de chocolate, además del tipo de chocolate, ya que cuanto más puro sea, mayor concentración de teobromina tendrá. De ahí que las variedades más peligrosas de chocolate sean el amargo y las coberturas de chocolate aunque de forma independiente cualquier tipo de chocolate es malo para los perros. Y por ello hay que recordar que los perros no pueden comer chocolate.
¿Qué pasa si un perro come chocolate?
“Mi perro ha comido chocolate ¿qué hago?”, se preguntarán los dueños. En estos casos el animal corre el riesgo de intoxicarse en cuestión de horas, en las que puede manifestar diferentes tipos de síntomas:
- Hiperexcitabilidad.
- Vómitos.
- Diarrea.
- Temblores.
- Fiebre.
- Aumento de la presión arterial.
- Insuficiencia cardíaca.
- Convulsiones.
Mi perro ha comido chocolate, ¿qué debo hacer?
Si sospechas que tu perro ha comido chocolate, debes llevarlo inmediatamente a una clínica veterinaria. Se trata de una urgencia puesto que si se consigue eliminar el chocolate de su organismo en menos de una hora, los efectos nocivos de la intoxicación se reducen.
Y si un perro come chocolate realmente ¿qué pasa? Entonces es probable que el veterinario realice un lavado gástrico al animal, teniendo en cuenta que la ingesta de chocolate en perros puede resultar drásticamente dañina para la salud del animal.
En cualquier caso, se recomienda dejar cualquier tipo de alimento que contenga chocolate fuera del alcance de los perros, además de vigilar el comportamiento del animal por si empieza a manifestar los síntomas anteriormente citados. No olvides que los perros no pueden comer chocolate.
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Ayudante Técnico Veterinario especializada en etología canina. Tiendanimal me ha permitido durante años trabajar en lo que más me apasiona: el mundo animal. Compagino mi trabajo colaborando como voluntaria en protectoras, santuarios, reservas y cualquier evento o actividad relacionada. He realizado diversos seminarios y cursos relacionados con la educación canina, las aves, la primatología y un largo etcétera. Disfruto aprendiendo cada día de estos increíbles compañeros con los que tenemos la suerte de convivir.
