En primer lugar cabe destacar que aunque las avispas y las abejas proceden de la misma orden de los himenópteros, cada una pertenece a familias distintas. La principal diferencia entre ellas radica en su morfología, además de su tipo de alimentación y del tipo de comportamiento que ponen de manifiesto.
Diferencias entre las avispas y las abejas
Una cuestión de morfología
La principal diferencia entre las avispas y las abejas reside en el color. Mientras que las avispas suelen ser negras o de marrón oscuro y amarillas, las abejas son de un color pardo más o menos oscuro y dorado.
Por otro lado, las abejas tienen una apariencia peluda debido a los pelillos de queratina que cubren su cara, tórax, abdomen y patas; algo que no pasa con las avispas. Por su parte, las avispas poseen una característica cintura estrecha que separa su tórax del abdomen y en el caso de las abejas el estrechamiento de su cintura no es tan destacable.
Su tamaño también varía ya que las abejas suelen medir entre 15 y 20 mm mientras que las avispas pueden ser entre 10 y 35 mm de grandes.
Otro punto importante a valorar sobre la diferencia entre avispa y abeja son sus aguijones. El aguijón de la abeja cuenta con unos pinchos que provocan el desgarre del abdomen tras realizar la picadura, motivo por el que tras ello mueren. Sin embargo, el aguijón de las avispas, que forma parte de su sistema reproductor, es liso, de modo que puede picar de manera repetida sin que su vida corra peligro.
Una característica más acerca de sus aguijones es que las proteínas y las enzimas presentes en el veneno de las abejas hacen que este sea ácido y el de las avispas es básico dado su composición alcalina.
Por ello, también hay que tener en cuenta el dolor que causa una y otra picadura. Según la escala de dolor por picadura de Schmidt, la de una abeja es de grado 1 y dura 2 minutos mientras que la de la avispa es de grado 2 y dura 5 minutos.
Formas de alimentarse
Otra diferencia entre avispa y abeja se basa en la alimentación que tienen. Las avispas cuentan con potentes mandíbulas con las que devoran a sus presas y las abejas poseen una trompa para recolectar el néctar y el polen de las flores.
Dicho néctar es la base alimenticia de las abejas, a excepción de la abeja reina, que se alimenta de jalea real. De ahí que las abejas sean herbívoras. Por el contrario, las avispas son carnívoras, ya que pueden llegar a alimentarse de las larvas de las abejas a modo de parásito y hasta de carroña. Por ello, no existen abejas depredadoras pero sí avispas que lo son.
Maneras de vivir
Mientras que las avispas pueden ser solitarias o ser sociales, todas las clases de abeja son sociales. Otra diferencia entre avispa y abeja es que la primera vive en nidos construidos a base de barro; los paneles de las colmenas o enjambres de las abejas están hechos de cera.
En el reino de las abejas solo la reina es capaz de poner huevos ya que es la única hembra fértil de la colonia. Esto no ocurre en el caso de las avispas solitarias ya que todas son hembras fértiles, definiendo así diferentes formas de perpetuar a la especie.
Otra diferencia entre avispa y abeja es que al final del verano las avispas obreras regresan al nido y suelen morir al caer las temperaturas. En cambio la avispa reina hiberna hasta la llegada de la primavera para así dar vida a una nueva colonia. Sin embargo, las abejas no hibernan sino que se mantienen activas durante todo el año.
Cabe mencionar además que hay más especies de abejas (20.000) que de avispas (5.000), superando cuatro veces los tipos que existen de avispas.
Su contribución al ecosistema
Por último, la diferencia entre avispa y abeja también está en que las segundas son las polinizadoras de la naturaleza por antonomasia, poniendo de manifiesto una importante función ecológica. Las avispas, por su parte, se encargan de cazar a otros insectos y parásitos a modo de insecticida natural en el control de plagas, especialmente sobre los cultivos.
Ayudante Técnico Veterinario especializada en etología canina. Tiendanimal me ha permitido durante años trabajar en lo que más me apasiona: el mundo animal. Compagino mi trabajo colaborando como voluntaria en protectoras, santuarios, reservas y cualquier evento o actividad relacionada. He realizado diversos seminarios y cursos relacionados con la educación canina, las aves, la primatología y un largo etcétera. Disfruto aprendiendo cada día de estos increíbles compañeros con los que tenemos la suerte de convivir.