Se acercan las altas temperaturas propias del verano, pero por motivos del cambio climático cada vez son más altas y prolongadas en el tiempo. Hay que prestar atención durante estos meses a nuestras mascotas, y ofrecerles sombra, agua fresca y una serie de atenciones.
Antes de continuar con los cuidados de un gato cuando llega el calor, responderemos a las preguntas más frecuentes relacionadas con el calor y los gatos. ¡Toma nota!
Preguntas sobre el cuidado de los gatos y el calor del verano
¿Qué es el golpe de calor?
Las altas temperaturas del verano, más aún si la humedad es elevada, pueden llevar a que la temperatura corporal de nuestro gato aumente hasta tal punto que pueda causarle daños serios e incluso la muerte.
Los gatos no cuentan con glándulas sudoríparas repartidas por todo el cuerpo como los humanos, si no que éstas se localizan únicamente en las almohadillas, el ángulo de la barbilla, los labios, el ano y las axilas.
Ellos solo pueden eliminar el exceso de calor mediante dichas glándulas y a través de la respiración, lo que hace que puedan gestionar el exceso de calor de forma más limitada que nosotros.
Por ello, debemos controlar que nuestro gato no se vea expuesto a temperaturas excesivas y ayudarle a superar las épocas estivales sin riesgo.
¿Los gatos pasan calor en verano?
Los animales con un manto de pelo considerable suelen ser más sensibles al calor, ya que la evolución les ha dotado de ese manto sobre todo para combatir el frío. Por supuesto, todos los seres vivos tienen un margen de temperaturas que si se sobrepasa por arriba o por abajo, supone el padecimiento de calor o de frío.
Temperatura ambiente ideal para gatos
La zona de neutralidad térmica de un gato oscila entre los 30ºC y los 38ºC. Su temperatura corporal está entre los 38ºC y los 39,5ºC. Por lo tanto, las altas temperaturas veraniegas pueden agobiar a nuestro gato.
La transpiración de los gatos no es como la de los humanos. La tupida capa de pelo que tienen y su piel sensible hace que no puedan regular el calor como las personas hacemos sudando.
¿A los gatos les gusta el calor?
Su pelaje está destinado a protegerles sobre todo del frío y los gatos muestran una clara tendencia natural a estar en lugares cálidos. Muchas veces vemos que buscan edredones, colchas, rincones cerca de la calefacción o incluso se posan encima de dispositivos electrónicos para aprovechar el calor de la batería. Por eso, podemos estar seguros de que cuando nuestro gato padece por causa del calor, sin duda es porque es excesivo.
¿Los gatos se estresan con el calor?
Cuando nuestro gato tiene demasiado calor presentará una abundante salivación, lengua azulada e incluso temblores musculares. Se moverá con mayor lentitud y torpeza y buscará sombra o lugares frescos.
Si el calor es demasiado, puede quedarse quieto jadeando y con la boca bien abierta para dejar la lengua colgando e intentar exhalar calor de ese modo.
Si no puede refrescarse, el gato sentirá molestias que, gradualmente, irán siendo más intensas, provocándole estrés e incluso reacciones agresivas.
Consejos para refrescar a tu gato y afrontar la calor en verano
Dejar agua fresca a su disposición. Los gatos, como ya sabéis, son muy sibaritas a la hora de beber agua. Durante todo el año debemos controlar que nuestro gato ingiera suficientes líquidos, pero en verano es aún más importante. Una fuente es una gran opción que estimulará a tu gato a beber.
Ayudarnos de comida húmeda. Para mantener a nuestro gato hidratado, también podemos turnar el pienso y comida húmeda, que contienen un nivel de humedad mucho mayor.
No dejes a tu gato encerrado en sitios pequeños y mal ventilados. Nunca debemos dejar a nuestro gato encerrado en el vehículo, transportín o en una habitación pequeña. En estos lugares las temperaturas suben rápidamente sin posibilidad de que él busque un lugar fresco donde refugiarse.
Mantener la casa fresca. Durante el día es conveniente mantener las persianas a media altura o casi bajadas para que el calor tarde más en entrar. Además, podemos aprovechar las noches, en las que suele refrescar, para ventilar la casa. Recuerda colocar redes o mosquiteras en las ventanas para evitar que tu gato pueda caerse; por muy acostumbrado que esté nunca sabes cuándo puede asustarse o ver algo que llame demasiado su atención.
Puedes tender mantas refrigerante para que tu gato se tumbe, son perfectas para los días de calor.
Ventiladores y aire acondicionado. Podemos usar un ventilador o el aire acondicionado para mantener la temperatura de casa más fresca. Es preferible utilizar ambos bajo nuestra supervisión. Todos conocemos el carácter curioso de los gatos; puede darles por atacar el ventilador o el cable del mismo, y terminar haciéndose daño. Al encender el aire acondicionado, debemos tener cuidado de que la temperatura no baje excesivamente, ya que los contrastes también son perjudiciales.
Evitar las salidas al mediodía. Si tu gato tiene acceso al exterior es conveniente evitar las salidas en las horas de más calor. Además, deberá contar una zona de sombra donde poder descansar.
Evitar el ejercicio durante las horas de calor. Es preferible que tu gato reserve las horas de más actividad a la mañana o la noche, cuando la temperatura haya bajado. Podemos aprovechar por la noche y un rato por la mañana para jugar con él para evitar que durante el mediodía esté muy activo.
Cepilla a tu gato. Nosotros podemos ponernos o quitarnos ropa para aguantar las altas o las bajas temperaturas, pero nuestros gatos cuentan con su pelaje todo el año.Durante la época de muda lo que hacen es adaptar ese pelaje a la época del año, algo en lo que podemos echarles una mano a través del cepillado.
Lo ideal es acostumbrar a nuestro gato al cepillado desde pequeño, para que no suponga una batalla campal. En el mercado hay cepillos que nos ayudan a eliminar el pelo muerto de nuestros felinos facilitándoles la muda y ayudándoles a soportar las altas temperaturas.
Utilizar una botella con agua congelada. Para proporcionar a nuestro gato una zona de descanso fresca, podemos llenar una botella de plástico hasta la mitad y colocarla en el congelador.Una vez que el agua se haya congelado, envolvemos la botella con una toalla y la colocamos en el lateral de una de las camas de nuestro gato. De esta forma, ante un calor excesivo, se podrá refugiar en ese rinconcito.
Humedecer las zonas de refrigeración de nuestro minino. Como ya hemos comentado, nuestro gato solo cuenta con zonas concretas de su cuerpo para refrigerarse.
Para ayudarle a refrescarse, podemos pasar una toalla humedecida en esas zonas (axilas, almohadillas, barbilla, tripita).
Esperamos que con estos consejos paséis un verano ¡genial! Mira nuestra catálogo especial verano:
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